SALUDO Y REFLEXIÓN EN EL DÍA DE LA DEFENSA NACIONAL

Mediante Ley N° 25005 del 20 enero de 1989, promulgada por el entonces presidente de la República Alan García Pérez, siendo Ministro de Defensa el General de División Enrique López Albujar Trint, se declaró día cívico laborable el 27 de agosto como el “Día de la Defensa Nacional”, en homenaje a la reincorporación de Tacna al territorio nacional. Esta ley, de sólo tres cortos artículos, señala que es el Ministerio de Defensa quién dicta las normas de su celebración en el territorio nacional. Tras esta disposición, quedan cómo pregunta de interés: ¿qué porcentaje de la ciudadanía conoce este día cívico? ¿Cuántos peruanos sienten, o por lo menos han reflexionado, ser parte de la Defensa Nacional? La respuesta, a todas luces es, muy pocos.
La ESCOFFAA, como parte del MINDEF, asume que la tarea va más allá de normar la celebración, ello es lo simple. Lo importante es generar en la sociedad peruana la conciencia y compromiso de que la Defensa Nacional, es tarea de todos los peruanos; recordando que el 28 de agosto es símbolo de la resistencia de los peruanos nacidos en Tacna a la ocupación y maltrato del invasor, del interés nacional de recuperar el territorio cedido por un tratado impuesto en momentos de crisis, gracias al heroico pueblo de Tacna y su eterna lección de patriotismo tras 49 años de cautiverio. El claro mensaje enviando al vecino del sur es que el Perú no se rinde, que su territorio es irrenunciable y que no hay fuerza ni artimaña que doblegue el amor a nuestra Bandera y a la Patria. Por ello, el paseo de la Bandera realizada por las damas tacneñas, debe ser un gesto replicado en cada rincón de la patria.
En el deber cumplido para con la Defensa Nacional, la ESCOFFAA saluda a todos los peruanos y, en particular, a los componentes de las Fuerzas Armadas (FF.AA.), en momentos que compañeros de armas se encuentran combatiendo en defensa de la patria. Así mismo, le corresponde desde su academia constructivista, sustentada en el pensamiento complejo que le permite la visión hermenéutica de nuestra realidad nacional y el análisis crítico del contexto situacional de nuestra seguridad, hacer una reflexión sobre la Defensa Nacional.
Sí, el sentido de la seguridad parte de la percepción propia del hombre sobre el peligro que lo acecha, la defensa en la historia de la humanidad ha sido la acción prevista, preparada y ejecutada por cada uno, a fin de superar la amenaza cuando este se haga realidad. Con la creación del concepto de Estado, la seguridad y la defensa de la nación se elevó pasando a ser un objetivo nacional y responsabilidad de todos, en salvaguarda de la permanencia en el tiempo de la nación y el Estado que la conforma.
En esa visión hermenéutica, la Independencia llegó con Don José de San Martín, quien conocía de la falta de unidad entre los peruanos y lo que ella significaba como limitación para sus planes libertarios, que en sí era la lucha por la defensa de los derechos de los peruanos. Por ello, su primer acto de trascendencia fue crear una Bandera que, dé la unidad al pueblo, pero la falta de pertenencia, de integración social, de objetivos comunes y otros de aquel entonces, hicieron del proceso de nuestra Independencia una oportunidad pérdida para generar esa unidad social, y esa falta de unidad tuvo un grave costo en la guerra con Chile.
Siguiendo el viaje hermenéutico, llegamos al presente y encontramos la misma falta de unidad en nuestra sociedad. Llegó el 21 de octubre del 2020 bicentenario de nuestra Bandera y el 28 julio del 2021 año del bicentenario de la Patria, pasando ambos sin mayor transcendencia, perdiéndose otra gran oportunidad de generar, en particular en las nuevas generaciones, el necesario sentimiento de unidad entre los peruanos que nos lleve a una mayor responsabilidad social por la Defensa Nacional.
La República del Perú conforme a la Constitución Política es democrática, social, independiente y soberana, organizada bajo el principio de separación de poderes. Son deberes primordiales del Estado defender la soberanía nacional, proteger a la población de las amenazas contra su seguridad y defender su territorio, que es inalienable e inviolable, comprende el suelo el subsuelo, el dominio marítimo y el espacio aéreo que lo cubre, mediante el Sistema de Defensa Nacional, estableciendo que la defensa nacional es integral y permanente, se desarrolla en los ámbitos interno y externo y participa de ella toda persona natural o jurídica de conformidad con la ley. Sin embargo, estas aspiraciones no se han concretado eficientemente al no considerar a la defensa como un bien público en un sentido integral, y hacer comprender a la nación la función social básica que cumple, indispensable para la existencia de la sociedad y contribuye con la paz para hacer posible el desarrollo de la sociedad y de la nación.
Las FF.AA. y PNP vienen cumpliendo a cabalidad y en simultaneo los roles constitucionales que el Estado les ha asignado; en ese marco del deber cumplido para con la Defensa Nacional, “Honor y Gloria” a sus miembros que han entregado su sangre en defensa de la patria; así como, nuestro reverente saludo, a todos los peruanos que, en estos momentos se encuentran combatiendo en defensa de la patria.
Sobre la realidad descrita, proyectar la Defensa Nacional al futuro, con capacidad de cumplir con plenitud los cinco roles estratégicos asignados a las FF.AA., implica primero variar las siguientes realidades fundamentales:
  1. La población en general tiene la idea que la Defensa Nacional es sólo responsabilidad de los militares; cuando, por lo contrario, la Defensa Nacional es fundamental para el desarrollo y por ende para alcanzar el bienestar general. Por ello, es preciso que la Defensa nacional sea considerada como bien público.
  2. La falta de amor y veneración a nuestra Bandera, la cual simboliza la unidad social; aspecto crucial bajo el entendimiento que su carencia es la madre de todos los males transversales en la vida del país y la consecuente limitación al anhelado desarrollo.
Las FF.AA., desde sus orígenes, no han sido ajenos a la tarea de generar en la sociedad el sentido de lo que hoy se entiende en el mundo como la Defensa Nacional; partiendo de ello, como componente académico de las Fuerzas Armadas del país, la Escuela Superior Conjunta de las Fuerzas Armadas es consciente de ello y seguirá cumpliendo su deber de hacer extensivo a la sociedad la debida formación para con la defensa de la patria, particularmente buscando aportar a que se superen las realidades descritas en el párrafo anterior. La Escuela Superior Conjunta, en su misión de unificar a nuestras Fuerzas Armadas bajo un pensamiento y accionar conjunto, es ejemplo que se puede lograr la unidad en el contexto nacional; cierto que no es una tarea fácil o del momento, ni se logra por un decreto o una ley, es un programa de mediano o largo plazo sustentado en la psicología educativa que requiere tiempo y persistencia, y desde luego, el mantener de manera sostenible una dirección estratégica, con liderazgo; ello no es nuevo para el militar, pues hemos jurado servir y defender al Estado Peruano, tampoco implica un presupuesto financiero extraordinario, menos esperar una normatividad específica, simplemente es asumirlo como deber implícito en el marco de nuestro juramento, es querer hacerlo con creatividad e iniciativa, es comenzar a sentar las bases morales y espirituales para legar un nuevo Perú a nuestros hijos.
Proponer ideas sobre cómo lograrlo, podrían lograr buenos resultados como por ejemplo:
  1. Visita de cada Oficial, Técnico o Suboficial en situación de actividad a su escuela, colegio o universidad cada 28 de agosto, para abordar la importancia y necesidad, así como el compromiso de todos los peruanos con la Defensa Nacional.
  2. Gestar la existencia del Pabellón Nacional en toda aula de educación básica regular, educación tecnológica o superior.
  3. Gestar el “Paseo a la Bandera” en todos los distritos del país, cada 27 de agosto, día de la Defensa Nacional, bajo un protocolo establecido.
Como decía César Vallejo, “Hay, hermanos, muchísimo que hacer” y la Defensa Nacional no escapa a ello, al ser una responsabilidad social postergada, que se ha constituido en una debilidad y problema latente del Estado, la gestión por cambiar su realidad implica por auto responsabilidad un saber actuar en las Fuerzas Armadas. Comencemos por consolidar el cariño y respeto de la población, a la par de la concientización de su responsabilidad; logrado esto entre la sociedad, de ella misma surgirán quienes exijan el conocimiento doctrinario de la Defensa Nacional en todo nivel de la sociedad.
Autor: Coronel EP (R) Tomás Delgado Arenas
Doctor en Educación y docente facilitador de la ESCOFFAA
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