Hoy, 9 de diciembre, recordamos el 197° aniversario de la Batalla de Ayacucho y día de nuestro Ejército del Perú, institución tutelar de la nación, que ha estado presente en cada transformación que ha superado nuestro país, siempre abrazando las nobles causas de libertad, justicia e igualdad, con la finalidad de consolidar la continuidad de nuestra nación como República y garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial.
En esta aspiración ineludible, entre la abstracción y la concreción histórica, rememoramos la epopeya de Ayacucho, gesta que nos indica claramente, los valores y virtudes incólumes de hombres y mujeres que personifican la solidez de principios, de héroes que inmolaron sus vidas por el ideal sublime e invaluable “amor a nuestra patria”. Esta fecha perenniza cada acto valeroso que guía a su personal, para ser capaces de transformar el destino institucional que se encuentra forjado por jóvenes soldados dispuestos, no sólo a perder la vida en acciones bélicas inmortalizadas en heroísmo, sino que se comprometen a contribuir con el desarrollo, aquel que crea condiciones de progreso; cada una de las acciones de armas tiene un registro de heroísmo, en esa construcción paralela se encamina el cimento de la institucionalidad a lo largo de la historia, poniendo énfasis en el Combate del 2 de Mayo, la Guerra del Pacífico, los conflictos con Ecuador: Zarumilla en 1941, Falso Paquisha en 1981 y Cenepa en 1995, así como en la Operación “Chavín de Huántar”. El Ejército siempre ejerce su presencia a lo largo y ancho de toda la hermosa y diversa geografía, con el esfuerzo y sacrificio de múltiples generaciones, manteniendo la visión de solidificar la base fundamental de una nación que emerge de su sociedad, cohesionada con su Ejército, participando activamente en el desarrollo nacional, realizando acciones militares que llevan esperanza a las personas afectadas por los fenómenos naturales que golpean las zonas más alejadas de nuestro territorio nacional.
“Si el Perú subsiste, si no se disolvió o parceló, es fundamentalmente por el Ejército; su presencia merece gratitud nacional» esta célebre cita de Jorge Alfredo Basadre Grohmann -historiador peruano-, describe la prestancia e importancia del Ejército como la estructura tutelar y fundamental de la nación; este pensamiento no quedó estático al transcurrir esta nueva era del Antropoceno, pues refleja el compromiso que recae en cada uno de sus integrantes, ante los nuevos retos que se derivan de los avances científicos y tecnológicos.
Por ello, nos vemos encarando nuevas amenazas y su efecto nocivo hacia la soberanía e integridad territorial de nuestra región; exigiendo la existencia de un ejército multimisión, con una fuerza moderna, de organización modular, que cumpla múltiples funciones, polivalente y organizada bajo el principio de armas combinadas, con capacidades estandarizadas, que nos permita engranarlas y actuar en alianza con otras fuerzas e instituciones, nacionales e internacionales, para combatirlas.
El Ejército del Perú se encuentra en una lucha, en primera línea, contra la pandemia del Covid-19. Ha desplegado su fuerza operativa y medios de apoyo a nivel nacional, para cuidar que el orden contribuya a disminuir este mal que ha golpeado inesperadamente la tranquilidad de la nación; debemos reconocer claramente que, gracias al esfuerzo institucional, compromiso y sacrificio, podemos vivir hoy, en paz y en libertad.
Autor: Mayor EP Adrian Jhanmarco León Vega.