BICENTENARIO DEL PERÚ

Al referirnos a la Independencia del Perú, debemos explayarnos pues no se trató de un simple proceso de desembarco en la bahía de Paracas; fue el desencadenamiento de un conjunto sucesivo de eventos que nos condujo en la búsqueda vertiginosa para constituirnos como República; una época en que la mixtura entre la ira, el sosiego y el júbilo, se superpuso, como suele suceder, la majestad de las celebraciones.

El Perú, en el estadio de su consecución, al abrirse campo en la vida independiente por el principio legal de acción Uti possidetis iuris y la libre determinación de los pueblos en 1821 -cuando inició la prospera expedición del Generalísimo don José de San Martín, luego de haber tenido uno de los más duros golpes militares en “Cancha Rayada”, y luego triunfar en Maipú y en Chacabuco- emprendió el paradigma que la historia le había reservado, a puertas de un siglo que describía la consecución de diferentes eventos antecedidos por la revolución francesa que había gestado la ilustración, ese derecho natural que impulsa a todos los hombres por ser iguales entre sí, y que acabó con la divinidad de Luis XIV. Se repercutían y alistaban procesos separatistas sustentados en ideologías, que en la praxis fueron determinantes para Juan Pablo Vizcarra y Guzmán con  la carta a los españoles americanos que, en su momento Francisco de Miranda publicará en 1799.

En consecuencia, en el Perú, ante el advenimiento de una República, se gestó un nutrido número de célebres personajes como Toribio Rodríguez de Mendoza, Francisco Javier de Luna Pizarro, José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, Hipólito Unanue, José Faustino Sánchez Carrión y muchos otros peruanos, quienes en cónclave constituían un acto patriótico para iniciar un proceso distinto y renovador al que había sido por 300 años, situación del encuentro de dos mundos, por España fuimos conquistados y durante el virreinato nos convertimos en esa mixtura de castas, pero, al mismo tiempo, buscábamos la construcción progresiva de identidad. Este sincretismo al que hace alusión Jorge Basadre Grohmann, es el reordenamiento de nuestra historia, nuestra vida independiente lamentablemente surgió en medio del caudillismo traducido en el militarismo de la victoria; sin embargo, nuestra patria paulatinamente no se mantuvo en un camino exento de vicisitudes y crisis. En ese fragor surgieron los estadistas, de la crisis de Vivanco surge la figura epónima de Ramón Castilla y Marquesado que le pone orden a la patria cuando el guano y el salitre, que debieron ser para la patria, para la gran prosperidad, se convirtió en una utopía, cuando José Alfredo Echenique produce la primera bancarrota de la historia.

El Perú fue avanzando y creciendo, mientras ese militarismo dio paso al primer gobierno civil de la historia con Manuel Pardo y la Valle quien fue asesinado por el sargento Montoya saliendo del Congreso de la República en 1878. En ese conjunto de acciones nos da la impronta de encontrarnos con una guerra que nos involucró con Bolivia ante nuestra realidad política, ante esta gesta que nadie quiso pero que produjo los grandes héroes de la República, perdurando en el pensamiento colectivo y nacional que los héroes son la animosidad, el alma permanente y perpetua que tiene un estado, sintiendo en carne propia a nuestras figuras estelares. Mencionar también a otro estadista como Francisco García Calderón quien no quiso firmar el tratado de Ancón por la dignidad y el honor nacional, este presidente que fue llevado preso a Santiago de Chile, una afrenta que el general Baquedano ejecutó por orden del presidente chileno Pinto; sin embargo, es importante vestir de júbilo con la majestuosidad de los héroes de la República, y en ese horizonte encontramos al Gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres

En el siglo XX los problemas pudieron ser grandes, pero toda crisis es superada por hidalgos hombres que aman a su patria como José Abelardo Quiñones, recientemente recordado el 23 de julio, día en que se inmoló en Quebrada Seca, hecho que solo un patriota es capaz de demostrar. El Perú es una nación que vive en consecuencia de sus actos históricos, el pasado trascribe la prosperidad que adviene, por lo tanto, corresponde a todos los peruanos construirla permanentemente. Somos un país bendito que en el siglo XXI, gozando de un espacio geopolítico dinámico y relevante, que toma gran parte del océano Pacifico, siendo un espacio vital e internacional.

Autor: Mayor EP Adrián León Vega

Scroll al inicio