ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DEL EJÉRCITO DEL PERÚ

Esta fecha se constituye en una magnífica ocasión para recordar la participación del Ejército del Perú en los diferentes conflictos suscitados, desde su creación. Recordando que el general Don José de San Martín, inmediatamente después de la declaración de la independencia del Perú el 28 de julio de 1821, por obvias razones de seguridad, decidió crear el Ejército de la República del Perú en base a la Legión Peruana de la Guardia y el regimiento Húsares de Junín, que se sumaron a la lucha por la independencia.

El himno del Ejército nos recuerda parte de su historia, cuando se canta la estrofa, “Evocando un pasado glorioso Ayacucho, Junín, Dos de Mayo, libertad conquistó con valor. Zarumilla, La Breña y Arica, gestas son que, a la historia, legó Bolognesi ¡oh, sublime soldado! por patrono ejemplar te aclamó”.

De esta manera se resalta la importancia de conocer nuestra historia y a nuestros héroes, acción fundamental para generar la identidad nacional y el amor a la Patria; en ese sentido, el general Dellepiane (1960) dice que el estudio del arte de la guerra solo puede hacerse a base de las experiencias que se adquiere, analizando los hechos de armas del pasado. Agrega que, esta experiencia proporciona las más útiles lecciones y de ella se deducen todas las normas y preceptos que rigen la ardua tarea del mando. Además, añade que la historia militar es la más alta filosofía de la guerra; que cons­tituye la parte científica de los conocimientos relativos a ella; y que lo que se encuentre fuera de sus conclusiones, o que no las haya con­frontado como es debido, no es profesionalmente técnico, ni valede­ro. Incluso manifiesta que su estudio y reflexión es imprescindible para los jefes de los es­calones superiores, pues sin ella no habría doctrina de guerra. Teniendo en cuenta la importancia del estudio y análisis permanente de los hechos de guerra, se presentará, de manera resumida, la evolución histórica del Ejército del Perú, con un compendio de su participación en hechos militares, ameritando que los integrantes del Ejército, no solo recuerden, sino que analicen profundamente para extraer lecciones aprendidas y no repetir los errores e improvisaciones del pasado.

La Legión Peruana de la Guardia, unidad histórica y emblemática del Ejército del Perú, ha estado presente en varios acontecimientos importantes de la historia nacional peruana, entre otros, cabe mencionar la batalla de Zepita del 25 de agosto de 1823 a orillas del lago Titicaca donde el Ejército real del Perú se enfrentó a las fuerzas realistas al mando del general Andrés de Santa Cruz, logrando una de las primeras victorias del Ejército de la naciente República del Perú.  La batalla de Ayacucho, que se desarrolló en las pampas de la Quinua el 9 de diciembre de 1824, donde el Ejército estuvo al mando de Antonio José de Sucre, logró la capitulación militar del último Virrey del Perú, José de la Serna, lo que marcó la consolidación de la independencia del Perú y de todo Sudamérica.

Por otra parte, el regimiento de caballería Glorioso Húsares de Junín” N°1 – Libertador del Perú, es una unidad histórica del Ejército del Perú. Desde su creación, como parte de la Legión Peruana de la Guardia en 1821, ha estado presente en los acontecimientos más importantes de la historia nacional. Cabe resaltar su participación en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824, pues su valiente actuación contribuyó a la victoria de los patriotas sobre las fuerzas españolas, en esta importante batalla de la guerra por la independencia de América Latina.

El Ejército del Perú ha participado en la Guerra del Pacífico, llamada también la guerra del salitre, en la cual nos vimos envueltos en el año 1879, y de la cual obtuvimos lecciones aprendidas  en el nivel político, por la falta de una decisión que debió fortalecer la preparación y equipamiento adecuado de nuestro Ejército, a fin de cumplir con éxito su rol fundamental de garantizar la soberanía, independencia e integridad territorial donde, de manera resumida, pese a las diferencias de capacidades a favor del adversario, se pudo  apreciar ya en el nivel operacional y táctico las acciones valerosas de Miguel Grau en la defensa de nuestro mar, venciendo a la armada de Chile en el combate  de Iquique, Arica y Antofagasta, posteriormente, el gran mariscal Andrés Avelino Cáceres,  venciendo al Ejército de Chile en el combate de Locumba y en la batalla de Tarapacá el 27 de noviembre de 1879, en circunstancias que los chilenos se desplazaron para tomar la ciudad de Tarapacá. Tras ser alertado de este movimiento, el Ejército peruano se apresuró a tomar las alturas e iniciar el combate. Lo hicieron de tal manera que, rápidamente, bloquearon las entradas geográficas naturales al pueblo. La división, al mando del coronel Cáceres, hizo retroceder a la división chilena que operaba por ese sector. Mientras que, por otro sector del terreno, la división que comandaba el coronel Bolognesi, también repelió el ataque enemigo; posteriormente, llegaron refuerzos peruanos que permitieron, tras nueve horas de combate, obtener la victoria frente a las fuerzas chilenas, quienes huyeron en forma desordenada.

En la mañana del 7 de junio de 1880 se escribió el acto heroico más importante de la historia del Ejército del Perú, el coronel Francisco Bolognesi Cervantes en la batalla de Arica, y en una situación totalmente adversa en términos de potencia combativa relativa a favor de los chilenos,  defendió la plaza de Arica que estaba a su cargo, pese a la inferioridad numérica frente al enemigo y, ante el pedido de rendición de la plaza, pronunció su frase célebre “…tenemos deberes sagrados que cumplir y los cumpliremos hasta quemar el último cartucho”. Tras un arduo combate, demostrando valor, profesionalismo y un sagrado cumplimiento del deber, entregó su vida con honor por los sagrados intereses de nuestro Perú.

En 1881, el coronel Andrés Avelino Cáceres, teniendo en cuenta la situación de nuestro país y particularmente de nuestro Ejército que había quedado diezmado como consecuencia de esta infausta guerra, viajó a Jauja donde organizó el Ejército del centro, formado por indígenas, campesinos y montoneros para iniciar la resistencia frente a la invasión chilena. Con este Ejército, y mediante operaciones no convencionales, Cáceres logro desgastar y derrotar al enemigo en las batallas de Concepción, Marcavalle y Pucara y, finalmente, tras estos triunfos es derrotado en la batalla de Huamachuco.

Fue tal la estrategia y táctica, basada en lo que hoy denominamos guerras asimétricas, y apoyada en el conocimiento geográfico de los Andes, lo que le dio las victorias iniciales a Cáceres, quien suscitó temor e impaciencia en el enemigo que tuvo que reorganizar sus fuerzas para poder atraparlo, sin lograrlo. Finalmente, las tropas chilenas no pudieron derrotarlo al punto que lo bautizaron como el “Brujo de los Andes”, a consecuencia de estas acciones, Perú y Chile firman el tratado de Ancón, por lo que Tarapacá es cedida a Chile, mientras tanto Tacna y Arica deberían ser administradas por dicho país durante 10 años hasta que un plebiscito definiera la soberanía de ambas provincias; sin embargo, la prórroga de Chile provocaría que el plebiscito se aplazara durante 50 años, hasta finalmente ser remplazada por el tratado de Lima, por lo que actualmente Tacna es peruana y Arica chilena.

Según lo publicado por la Comisión Permanente de Historia del Ejército del Perú (CPHEP), esta institución inició el siglo XX con nuevas luces y una vigorosa transformación, durante las cuatro primeras décadas de ese siglo. Se forjó un Ejército en el que los valores de la profesión militar: honor, lealtad, disciplina, honestidad y profesionalismo, adquieren la dimensión que los creadores de la gesta libertaria le fijaron. Las dos guerras mundiales permitieron una rápida evolución de las armas y los medios bélicos; estos aspectos marcaron, de una u otra manera, el desarrollo del Ejército en el siglo XX.

En la publicación de la CPHEP se menciona que, en 1910, Colombia estableció una aduana en la ribera derecha del río Caquetá, a la que llamaron «Puerto Córdoba» y la reforzaron con un destacamento militar. El presidente Leguía, a fines de enero de 1911, ordenó al teniente coronel Oscar R. Benavides, jefe del batallón de infantería Nº 9, estacionado en Chiclayo, se encargue de la recuperación del territorio invadido, logrando con éxito el objetivo previsto en la batalla de Caquetá. Pese al éxito militar, el gobierno de Leguía aprobó un convenio y decidió abandonar la posición del Caquetá y replegar nuestras fuerzas al río Putumayo. Benavides no aceptó esta orden por considerar tal acuerdo lesivo a nuestros intereses y por desconocer la victoria de la Pedrera; sin embargo, por decisión política, el 20 de octubre las fuerzas peruanas abandonaron la Pedrera y una guarnición colombiana ocupó dicha posición. Posteriormente, el 24 de marzo de 1922, Perú y Colombia firmaron un tratado de límites con carácter reservado y que significó una nueva mutilación territorial. Se argumentó que, en compensación por el trapecio de Leticia, Perú recibiría el triángulo del Cuhimbe, pero este territorio no fue entregado al Perú, lo cual invalidaba el tratado.

También la CPHEP da cuenta que la campaña de 1941 se dio ante los problemas fronterizos entre Perú y Ecuador, se ejecutó mediante una operación relámpago empleando para ello infantería motorizada, tropas aerotransportadas y paracaidistas, tomando las localidades de puerto Bolívar, Santa Rosa, Machala y otros puntos más. El Perú obtendría la victoria, gracias al liderazgo del general Eloy Ureta y de su estado mayor, así como al arrojo de nuestros soldados, quienes pelearon con honor y valentía, entregando la victoria a nuestro país a través de sus armas. Nuestro triunfo quedó confirmado el 29 de enero de 1942 con la firma del protocolo de Río de Janeiro.

En 1981 el Ejército del Perú participó en el conflicto del Falso Paquisha entre Perú y Ecuador, el cual se desarrolló entre enero y febrero de 1981, periodo en el que nuestros soldados y pilotos expulsaron al enemigo de nuestro territorio mediante una serie de operaciones, tanto terrestres como aéreas, lideradas por el general Rafael Hoyos Rubio, obteniendo una victoria en aquella contienda. En dicho conflicto, desarrollando operaciones helitransportadas con caída vertical, que consistía en transportar tropa en helicópteros directamente sobre el objetivo y el inmediato asalto del mismo; este tipo de operaciones se ejecutaron por primera vez en Sudamérica, lo cual nos llena de orgullo.

El Ejército peruano también hizo frente a la subversión en el Perú, evidenciada desde 1980 hasta la fecha. Nuestro país tuvo que enfrentarse a las sangrientas acciones que provocaron dos organizaciones subversivas: Sendero Luminoso (SL), liderado por Abimael Guzmán, y el movimiento revolucionario Túpac Amaru (MRTA), encabezado por Víctor Polay Campos. Ambos grupos del terror provocaron caos, miedo, muerte y atraso en la población peruana, que muchas veces impotente veía morir a sus seres queridos, producto de los asesinatos que cometían los terroristas en los poblados, así como a causa de los coches bombas que detonaban en la capital.  Como consecuencia de la participación del Ejército en la lucha contra el terrorismo, muchos de nuestros compañeros de armas resultaron heridos con consecuencias graves, mientras que otros perdieron la vida en cumplimiento de la misión encomendada, pese a ello, el Ejército no se detuvo y continuó con su labor de pacificar nuestro país, defendiendo el sistema democrático, colaborando con la población de escasos recursos a través de las acciones cívicas hasta que, finalmente, fueron capturados los principales líderes terroristas, consiguiendo derrotar militarmente a estas organizaciones del terror a fines de la década de 1990.

En 1995, el Ejército participó en el conflicto del Cenepa entre Perú y Ecuador y, a pesar de la victoria peruana en la contienda de 1981, las tensiones fronterizas con el referido país continuaron en los siguientes años. Entre los meses de enero y febrero de 1995, se le encomendó al Ejército expulsar a las tropas enemigas que se habían infiltrado en nuestro territorio. Falso Cueva de los Tayos y Falso Base Sur, fueron claros ejemplos de cómo las tropas enemigas emplearon nuevamente la figura de las dobles toponimias para sorprender y confundir a la opinión pública internacional.

El 17 de diciembre de 1996, catorce emerretistas liderados por Néstor Cerpa Cartollini tomaron por asalto la residencia del embajador japonés en Lima durante una recepción por el cumpleaños del emperador japonés. En el transcurso de los siguientes días y semanas, entre las amenazas de ejecuciones de los cautivos, liberación de grupos de rehenes y negociaciones que culminaron en fracaso, desembocarían la ejecución de la operación militar Chavín de Huántar, considerada a nivel mundial como una de las intervenciones de rescate más exitosas en la historia reciente. La creatividad, el profesionalismo y el alto grado de preparación de nuestros comandos, serían claves para el éxito del rescate.

Gálvez (2021) destacó que, tras cumplir un bicentenario de la historia republicana, en la que se recapituló cómo se germinó el Ejército del Perú Republicano, se recordó con orgullo a nuestros héroes, a aquellos soldados desconocidos que, sin dudarlo ofrendaron sus vidas por la grandeza de nuestro país; manteniéndose firmes en la misión de proteger a la patria y garantizar su soberanía nacional.

Eso nos llena de orgullo por ser el Ejército una de las instituciones permanentes en toda la vida republicana del Perú, durante la cual, siempre ha estado presente, en todos los grandes hitos de su historia. Asimismo, tanto en el presente como en el futuro, las nuevas generaciones que componen sus filas, seguirán comprometidas con garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial en salvaguarda de los intereses nacionales, previniendo y afrontando cualquier amenaza externa o interna que ponga en peligro la paz social, la seguridad integral y el bienestar general de la Nación.

Según manifestó Gálvez (2021), actualmente, y en cumplimiento de los nuevos roles estratégicos institucionales, el Ejército participa en apoyo a la PNP en el orden interno, apoyo al desarrollo nacional, en el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres, y en la política exterior, cumpliendo tareas por la paz mundial, entre otros; asumiendo con responsabilidad el respeto irrestricto a los Derechos Humanos y leyes vigentes, cumpliendo su misión con éxito.

En ese sentido El Ejército del Perú  está desarrollando un plan de reestructuración institucional, para visualizar un Ejército moderno, competitivo y acorde a los retos y desafíos que impone el mundo actual, en base a la determinación de nuevas amenazas, nuestra misión constitucional y la política de seguridad y defensa nacional; sin embargo, estas capacidades fundamentales y operativas requieren de un nuevo diseño y magnitud de la fuerza, así como un marco doctrinario acorde a esta evolución cualitativa y cuantitativa de nuestras fuerzas.

Estas nuevas capacidades militares nos permitirán desarrollar operaciones y acciones militares integradas con otras Instituciones Armadas, así como con organismos gubernamentales y no gubernamentales para enfrentar amenazas y fenómenos que arriesgarían la soberanía y la estabilidad del país, demostrando, hoy más que nunca, que nuestro compromiso es contribuir con el desarrollo nacional.

Esta nueva estructura de la fuerza permitirá desarrollar operaciones militares mediante la maniobra y la maximización del poder de combate; asimismo, el desarrollo de acciones militares basadas en el principio de modularidad de la nueva fuerza y despliegue rápido y oportuno en cualquier región del país para atender los requerimientos del Estado. Asimismo, constituirá una fuerza con características de interoperabilidad e interoperatividad, para participar eficaz y eficientemente en operaciones conjuntas, combinadas o multinacionales como parte de sistemas de cooperación militar internacional, así como en operaciones de paz, dentro del marco de la política exterior del Perú.

¡VIVA EL EJÉRCITO!

¡VIVA EL PERÚ!

Autor: General de Brigada (R) Óscar Gallardo Olivet, docente facilitador de la Escuela Superior Conjunta de las Fuerzas Armadas.

Bibliografía:

Ejército del Perú. (2019). MD 1-0 Manual Directriz del Ejército del Perú. Lima, Perú: Ejército del Perú.

Dellepiane, Carlos (1960). Historia militar del Perú. Tomo 1. Lima: Talleres Gráficos de la Penitenciaría.

Comisión Permanente de Historia del Ejército, Oficina de Información del Ejército. (2001). Compendio de la Historia General del Ejército del Perú. Lima, Perú: Oficina de Información del Ejército.

Gálvez Bernuy, Marcos (2021). Creación del Ejército del Perú Republicano. Revisado en https://www.esffaa.edu.pe/creacion-del-ejercito-del-peru-republicano/.

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