ANIVERSARIO DE LA INMOLACIÓN DEL CAPITÁN FAP JOSÉ ABELARDO QUIÑONES GONZALES, GRAN GENERAL DEL AIRE DEL PERÚ, Y ANIVERSARIO INSTITUCIONAL DE LA FUERZA AÉREA DEL PERÚ

Hoy rendimos homenaje a nuestro Héroe Nacional, el Capitán FAP José Quiñones Gonzales, Gran General del Aire del Perú, por conmemorarse este 23 de julio del presente, el Octogésimo Primer Aniversario de su inmolación en 1941, en defensa de nuestro sagrado territorio y soberanía nacional, en una contienda entre países vecinos, (Unidos por sangre e historia), que concluyó, afortunadamente, en el año de 1998, con la Firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites Definitivos.

El Capitán FAP JOSE ABELARDO QUIÑONES GONZALES, nació en el Puerto de Pimentel Lambayeque, el 22 de abril de 1914, hijo de Don José María Quiñones Arisola y de Doña Juana Rosa Gonzáles Orrego. Estudio su instrucción primaria en el Colegio Nacional de San José de Chiclayo, posterior continuo sus estudios en el Colegio de la Recoleta de Lima.

José Quiñones postuló a la entonces, Escuela Central de Aviación «JORGE CHAVEZ», ingresando como Cadete de 1er. Año, según R.M. Nº 059 de fecha 30 de marzo de 1935. Después de cuatro años de Cadete destaca entre sus compañeros por la facilidad con que asimila las enseñanzas y por sus extraordinarias condiciones para el pilotaje, que permitieron realizar su primer vuelo «SOLO» con apenas cuatro horas y media de instrucción, récord que hasta la fecha no ha sido superado, egresando de la Escuela con la Promoción «COMANDANTE RAGUZ» y recibe por Resolución Suprema Nº 003 del 9 de enero de 1939, su despacho de Alférez de Aeronáutica. El día de su graduación, en la demostración aérea de su Promoción, sorprendió a la concurrencia realizando un vuelo invertido a un metro del suelo, demostrando así lo privilegiado de su ser, capaz de lo imposible.

Comienza su vida de Oficial en el Escuadrón de Aviación Nº 4 de Ancón y al poco tiempo es trasladado al XXI Escuadrón de Caza, con sede en Chiclayo. Al año siguiente por Resolución Suprema Nº 65 del 28 de enero de 1940, asciende a la clase de Teniente de Aeronáutica. Encontrándose en Chiclayo como Oficial Piloto de Caza y en ocasión de conmemorarse el Día de la Aviación en septiembre de 1941, formó parte del grupo de paracaidistas, que por primera vez en nuestra historia y en Sudamérica realizó una magnífica demostración en forma conjunta, concitando la admiración de los pueblos hermanos del continente, por la forma como se llevó a cabo dicha operación.

En el año de 1941, se produjo la agresión ecuatoriana en nuestra frontera norte, donde el gobierno peruano dispuso la movilización inmediata de nuestra Fuerza Armada para contener tan desmedido atropello a nuestra soberanía. La frontera norte de nuestra Patria fue convertida en el teatro de operaciones de esta obligada contienda. Desde la iniciación de las acciones, el Teniente Quiñones, cumplió múltiples misiones de reconocimiento, con tomas de interesantes fotografías aéreas del frente ecuatoriano, en arriesgados vuelos y sometido a fuerte reacción del fuego antiaéreo. El Ejército Peruano con su primera división ligera, en su Orden de Operaciones Nº 2 del 2 de julio, fija la misión de recuperar la frontera en maniobra apoyada por la aviación sobre Quebrada Seca. A su vez el Comando del primer agrupamiento aéreo emite la Orden de Operaciones Nº 1, asignando a la 41 Escuadrilla la misión de atacar con ametralladoras y bombas el puesto de Quebrada Seca como primer objetivo.

Es así, conforme consta en los partes de guerra y los testimonios de testigos presénciales, que a las 07:50 horas, la escuadrilla 41 despegó del campo de Tumbes para dar cumplimiento a su misión. Dicha Escuadrilla estaba constituida por el Teniente Comandante Alberti, quien la comandaba, los Tenientes Fernando Paraud y José Quiñones, así como el Alférez Manuel Rivera, piloteando los aviones de caza North American 50.

Siendo las 08:00 horas del mismo día, se encontraron sobre el objetivo e iniciaron el pasaje para dar cumplimiento al bombardeo del puesto ecuatoriano de Quebrada Seca, en ese preciso momento y cuando el avión que piloteaba el Teniente Quiñones efectuó el descenso para lanzar sus bombas, donde fue alcanzado por el fuego de piezas antiaéreas enemigas, afectando la nave en sus partes vitales y envuelto en llamas, Quiñones lejos de utilizar su paracaídas, el cual era un experto paracaidista, en plena conciencia de sus actos, mantuvo el equilibrio de su máquina y describió con ella un ceñido viraje enrumbándola hacia la posición enemiga y destruyéndola por completo.

Había cumplido heroicamente la misión confiada, con el desprendimiento de valor, abnegación y el sacrificio de su propia vida que juró consagrar a la Patria cuando recibió su espada de Oficial de la Fuerza Aérea del Perú y siendo consecuente con lo que expresó: “EL AVIADOR, LLEGADO EL MOMENTO, DEBE IR HASTA EL SACRIFICIO”.

La Nación, en reconocimiento a este acto heroico, lo ascendió en el mismo campo de batalla al Grado de Capitán y en la actualidad, con Ley N° 29160 del 18 de diciembre del 2007, le confieren el grado honorifico de Gran General del Aire del Perú, con lo cual nuestro héroe QUIÑONES se encuentra a la altura de GRAU y BOLOGNESI, conformando la trilogía heroica del Perú.

Scroll al inicio