Octubre, mes del Gran Almirante del Perú y Peruano del Milenio, Don Miguel Grau Seminario y mes de la Marina de Guerra del Perú.
La historia quiso que el 8 de octubre se conmemorara dos eventos importantes en la historia de nuestro querido Perú.
El 8 de octubre de 1821, el Generalísimo Don José de San Martin decretaría la creación de la Marina de Guerra del Perú, nombrando como Comandante General al entonces Capitán de Navío Martín Jorge Guise de origen británico. Años más tarde, el 8 de octubre de 1879, el Almirante Don Miguel Grau Seminario se inmolaría en punta Angamos junto con la heroica dotación del Huáscar.
El Almirante Grau se distinguió por ser un hombre noble y humano, lo cual fue ampliamente demostrado durante el combate naval de Iquique en donde se enfrentó el monitor Huáscar con la corbeta chilena Esmeralda, durante la Guerra del Pacífico.
Luego de varias horas de combate, Grau decide emplear el espolón de Huáscar y hunde a la Esmeralda. En un acto sublime, dispuso el salvataje de los 57 náufragos del navío chileno, arrancando vítores y aclamando los marineros chilenos: “¡Viva el Perú Generoso!”, convirtiéndose así en el precursor del derecho internacional humanitario en el combate marítimo.
En un gesto sin precedentes, el Almirante Grau envió a la señora Carmela Carbajal, esposa del Comandante Prat, fallecido en combate, una carta, acompañada de la espada de su difunto esposo, así como otros objetos personales.
Este y muchos hechos más hicieron que a Grau se le conociera como “El Caballero de los Mares”.
“Con 42 años y la serenidad de la experiencia vivida, se había forjado el respeto y la admiración de destacados políticos e intelectuales de la época, en medio del calor del pueblo paiteño, por lo que fue elegido diputado suplente.
A pocos días de instalado el nuevo gobierno, Grau es convocado en agosto de 1876, para ocupar en propiedad su curul, por lo que deja temporalmente el comando del monitor «Huáscar», integrándose a las labores de la Cámara de Diputados a partir del 28 de julio de 1876″. (Marina de Guerra del Perú, 2014).
En 1877, Grau es nombrado por el presidente Prado en el cargo de Comandante General de la Marina. Al año siguiente, durante su gestión, presentó una «Memoria de Marina» al Gobierno, documento en el cual informaba y evaluaba la situación general de la Armada, tanto en lo material como en lo concerniente al personal, señalando importantes recomendaciones.
En este documento expone la mala situación operativa de nuestros buques, solicitando la adquisición de nuevas unidades y armamento para repotenciar la escuadra. Sin embargo, en sesión del Congreso del 11 de setiembre de dicho año, la cámara de diputados tomó conocimiento del documento y lo archivó. Un año y medio después, el 5 de abril de 1879, Chile le declara la guerra al Perú.
Llega el 14 de marzo de 1879 y Bolivia le declara la guerra a Chile. Miguel Grau estaba convencido de que la guerra era inevitable y que había que defender a la patria. Y es así que el 24 de marzo vuelve a asumir el mando del monitor «Huáscar», solicitando licencia al Parlamento. Ante la declaratoria de guerra de Bolivia a Chile, el presidente chileno Pinto le exige al Perú declarar su neutralidad. El presidente Mariano Ignacio Prado decide poner esta situación a consideración del Congreso, pero Chile no espera y declara la guerra el 5 de abril.
«Mientras la escuadra chilena estaba lista para atacar desde antes que declarara la guerra, la «Independencia» tenía sus calderas en tierra, el «Huáscar» estaba desarmado, las calderas de la «Unión», «Atahualpa» y «Manco Cápac» se encontraban en mal estado y el «Chalaco», la «Oroya» y la «Limeña» necesitaban preparación. Pero el pueblo había pedido que los buques salieran a campaña. y salieron!!» (Centro Naval del Perú, 1978).
A pesar de las limitaciones de la escuadra peruana, Grau mantuvo en jaque durante seis meses a la escuadra chilena. Tuvo victorias en Iquique, un encuentro con la «Matías Cousiño», «Magallanes», «Cochrane» y «Abtao», la captura del «Rímac» y el desbloqueo de varios puertos. Esto causó indignación en Chile, ocasionando insultos al presidente Pinto, la renuncia de parte del gabinete y del secretario de guerra y marina, así como la destitución del comandante de la escuadra chilena, almirante Juan Williams Rebolledo. (Marina de Guerra del Perú, 2014)
Las victorias de Grau precipitan una fuerte reacción del gobierno chileno y de la ciudadanía. Se manda a reparar uno de los blindados, el Cochrane a Valparaíso, mientras en Santiago se elige al sucesor de Williams, el capitán de Navío Galvarino Riveros, este asumió con una orden muy clara: capturar o hundir a Huáscar. Para ello, dividió la escuadra en dos secciones; la división pesada, al mando de Riveros, cuya composición era el Blanco Encalada, la Covadonga y el Matías Cousiño; y la división ligera al mando de Juan José Latorre, nuevo comandante del Cochrane. Esta unidad ya completamente renovada con 13 nudos de andar era más veloz que el Huáscar y su moderna munición fragmentaria le otorgaba una ventaja clara sobre el monitor, completaban la división la O”higgins y el Loa. Para principios de octubre, las divisiones tomaban puestos, la división pesada en Antofagasta y la ligera en Mejillones.
Para la noche del 7 de octubre, el Huáscar y la Unión caen en la emboscada, pasan por Antofagasta rumbo al norte y se topan con la división pesada, esta inicia la persecución, pero Grau confiado en la velocidad de su buque emprende retirada. La suerte estaba echada. El 8 de octubre sería un día de gloria para Grau, su tripulación y el Perú.
Llegado el amanecer del miércoles 8 de octubre, las naves de guerra peruanas navegaban con rumbo norte. A las 3:30, se avistan mutuamente en rumbos opuestos, los buques peruanos Huáscar y Unión, al mando del contralmirante Grau, con la 1ª División naval chilena (Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño), al mando del capitán Riveros, que trataban de cerrarles el paso al Norte.
Identificados los humos por los vigías del Huáscar, Grau ordenó las maniobras evasivas, poniendo proa al oeste y luego, ordenó sucesivamente poner proa al sudoeste y al norte. A las 7:15, los buques peruanos divisaron otros tres humos hacia el noroeste, en la misma dirección hacia donde navegaba la formación peruana: era la 2ª División naval chilena, a una distancia de 22 millas, conformada por el blindado Cochrane, la corbeta O’Higgins y el transporte artillado Loa. Grau ordenó, a las 8.30, aumentar la velocidad, llegando a 10,75 nudos y poner proa al noreste, pero el Cochrane llegó a 12 nudos.
Los buques peruanos tenían el paso al Este cerrado por la costa, el Noroeste, por la División Latorre y al Sur por la División Riveros, no quedándoles otra opción que forzar rumbo al norte.
Comprendiendo que la única posibilidad de escape estaba del lado de la corbeta Unión, mucho más rápida, Grau ordenó que aprovechara su mayor andar y se dirigiese a Arica donde fondearía hasta la madrugada del 9.
“A las 9:25, el monitor Huáscar abrió fuego disparando una andanada de su artillería principal contra el Cochrane a una distancia de mil metros. La andanada no fue contestada por el Cochrane, que continuó acercándose, al igual que el Blanco Encalada y la Covadonga. Un tiro de la siguiente andanada del Huáscar rebota en el mar e impacta en la amura de estribor del Cochrane, por encima de la faja blindada, penetrando en la cocina, causando destrozos, cayendo finalmente sobre la cubierta sin estallar.
A las 9:38, a una distancia de 200 metros, el Cochrane abre fuegos con sus cañones de proa y centro de estribor. A las 9:40 se producen los tiros más certeros del Cochrane. Una granada perforó el costado de babor, sobre la línea de flotación, explotando y dejando fuera de combate a 12 hombres los cuales operaban los manubrios para ronzar la torre de artillería. Otra granada perforó el blindaje sobre la línea de flotación en el mismo costado rompiendo el guardín de babor de la rueda del timón de combate.
Sin gobierno, el Huáscar vira a estribor. Después de 5 a 10 minutos, se restablece el gobierno mediante el sistema de emergencia, que estaba en la popa debajo de la cámara del comandante. Una decena de hombres acciona la caña del timón mediante aparejos, recibiendo órdenes por mensajeros.
A las 9:50, una granada impactó en la esquina superior derecha de la torre de mando, atravesó su blindaje y explotó, matando al contralmirante Miguel Grau Seminario y por la onda expansiva, al teniente 1° Diego Ferré, quien estaba comunicándose con Grau a través del enjaretado en el piso de la torre” (Bulnes, 1911).
Así, el Gran Almirante del Perú, Don Miguel Grau Seminario, pasa a la gloria, su cuerpo destrozado, pero no vencido por una bomba enemiga; cumple su deber ante la Patria, ante la Historia y ante el mundo del heroísmo.
“¡Miguel Grau, Almirante del ‘Huáscar’. El sacrificio de los peruanos de Angamos es hoy y por toda la eternidad, blasón que impulsa y exige con la emulación, la grandeza de sus hijos, los Marinos del Perú!” (Marina de Guerra del Perú, 2019)
¡Gloria al Gran Almirante del Perú, Don Miguel Grau Seminario!
¡Viva la Marina de Guerra del Perú!
¡Viva el Perú!
Autor: Contralmirante Mario Sánchez Debernardi, docente de la Escuela Superior Conjunta de las Fuerzas Armadas.
Referencias:
Bulnes, G. (1911). Guerra del Pacífico. De Antofagasta a Tarapacá. Valparaíso, Chile. Sociedad Imprenta y Litografía Universo. Publicado en http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0007407.pdf
Centro Naval del Perú (1978) «A la gloria del gran Almirante del Perú Miguel Grau», publicado en https://archivohistoricodemarina.mil.pe/producto/a-la-gloria-del- gran-almirante-del-peru-miguel-grau/
Marina de Guerra del Perú (2019). Obra de teatro “Peruanos de Angamos” promovida por la Dirección de Intereses Marítimos de la Marina.
Marina de Guerra del Perú (2014) publicado en https://archivohistoricodemarina.mil.pe/Documentos/BIBLIOTECA/LIBROS%20Y%20MISCELANEOS/pdf/Miguel%20Grau%20El%20Caballero%20de%20los%20 Mares.pdf?_t=1569001992.